miércoles, 22 de junio de 2011

Sinfonia a la Dama (Parte II)

En mis rojos sueños de inmortal, apareciste otra vez, ya no lo puedo contener, no te quiero apartar.
"Ya muchas veces te he tenido que ocultar lo que soy en realidad, debo callarlo y pretender ser alguien que ya no soy. Aquel mirar lleno de bondad ahora vislumbra crueldad, debo vivir con esta carga en el interior"
Pronuncias abrasándome, pero...Aunque este herido mi corazón y se este hundiendo en la perdición, y que estoy aun aquí en está oscuridad...De ti jamás me podre olvidar...

-En mis rojos sueños de inmortal parece que ya no lo puedo contener, al volvernos encontrar...nuestro destino comenzó a cambiar...cayendo en espiral con este secreto del cual nadie sabrá...no puedo volver a ser la de antes...pues estoy maldita-

Dije firme abrasándote fuerte. Me creí a salvo, pero está soledad y de este abismo sin final...y al ver tus ojos llenos de bondad que me miraban, pero la oscuridad no descansa, siempre donde hay luz ahí estará buscando apoderarse de mi corazón, más tú estas ahí

"Los dos latidos aun solo son el reflejo de un mismo interior, el dolor, similar, pero no es igual...fluimos con ambigüedad"
Me dijiste con preocupación, más yo te respondí
-Estos rojos sueños arderán en llamas, y borrando todo arrasaran, mis ilusiones sin llenar, tratando de encontrar una motivación, admito que quise superar la noche, pero, no logro trascenderla no logro escapar de mis pecados, siento que me ahogare pues muerta estoy-

Te dije entre lágrimas, más de nuevo me encontré con tus labios que una vez bese y con esos mismos orbes dorados y esa sonrisa única me dijiste
"En estos rojos sueños de inmortal parece que ya no lo logro contener, al encontrarte otra vez, nuestro destino cambiamos, estamos cayendo en espiral, mi dulce pequeña, con este secreto que nadie debe saber... ¿Sabes?, no puedo volver a ser la de antes pues estoy maldita"

Dijiste mientras tomabas mi rostro otra vez. Aun recuerdo como tuya me hiciste, como tomaste mi sangre, más ahora te vez indefensa. Una cruz aparece, y tu sonrisa se convierte en una risa especial, me viste otra vez, y tu boca a mi pecho acercaste, mordiste y de mi sangre te saciaste.
"¿Sigues siendo la misma?...No, ya no lo eres, te dije que me encontraras en la siguiente, que me dejaras aparecer en aquella a que amaras, pero al parecer no logras verme. No importa, aquí estoy yo para darte mi amor."
Fueron tus palabras
-Pero... tengo miedo, tengo miedo a esta oscuridad, quiere mi corazón... ¿no lo vez?-
"Mi niña, mi corazón y el tuyo son similares, aunque no iguales, sus latidos son el eco de un mismo ser...nuestras ilusiones son las mismas, descuida, aquí estoy, no superes la noche, quédate en ella...quédate conmigo"

Dijiste y me besaste. Oh dulce sinfonía de esta dama en su algarabía... gracias por hacerme tuya...gracias...por ser solo mía.
(Dobulyi)















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