miércoles, 22 de junio de 2011

Sinfonia a la dama (Parte III)

La música suena, y la dama en su asiento espera, mirando a la roja luna extiende su mano hacia mí, con esos ojos que solo yo conozco
"Ha amanecido bajo las negras alas de la muerte_ me dijo_ todavía te late el alma, más el corazón no lo sientes. Deseas volar, mi ángel, pero, no quedan muchas horas. Vuela ahora, aunque no queden muchas horas"
Me quede estupefacta, era la primera vez que la veía así, mis ojos de lagrimas se llenaron yo sabía perfectamente el motivo, aunque no quise volar, caí arrodillada
-Te encontré, lo hice_ le dije entre lagrimas_ quise jugar a quererte, y... no supe hacerle, no ´se si fue el ambiente o ese refrán de que hay que vivir el presente...pero si te halle, lo hice-
Le decía desesperada. Me engañe a mi misma tratando de esquivar mi verdad
"De nada vale ya el llorar, tan solo te queda volar, expande tus alas, emprende el vuelo, y no regreses. Sé que me hallaste, lo sentí en tu alma. Hiciste un buen trabajo, más ahora no tuviste culpa alguna. ¿Apareceré en la siguiente? ¿Es esa tu pregunta? pues te diré...no lo sé... más siempre estoy en ti, somos una y eso nadie lo evitara. Has amanecido bajo el abrazo de la muerte, pero no has detener, ya que estoy junto a ti"
Me abrazo de nuevo, sentí su frio cálido. Una nueva mordida y es mi final, mis ojos se cierran y termino de caer. No sé cuanto tiempo paso, pero al abrir mis ojos ahí estaba a mi lado
"Bienvenida"
Me dijo con esa febril mirada, no hable, solo la mire, ahora esperaba morir.
"Sabes que en lo oscuro el amor no puede verse, ambas tienen la vida de frente y morir o detente. Sigue adelante. Hoy te corono yo como Reina, serás tú quien guie lo que tienes que pelear, y no habrá nadie que te logre ganar"
Mis ojos y oídos no daban crédito a nada. De tus pálidas manos una corona emergió, la colocaste en mi cabeza y así me diste tu reino, no me sentí digna, pero eh reinado desde entonces. Hoy regreso a ti, eh encontrado un buen motivo para conducirme de forma correcta, tú me lo diste. Aun mis ojos lloran, aun mi alma está en sendas tinieblas de tristeza, pero se que emergeré de está. Tu sonrisa me dice que no me equivoco, siento tus manos en mis mejillas, tus labios en los míos, siento tus brazos rodearme, ya no doy batalla, me entrego a ti, a ti que eres mi ángel, mi gran creación y al mismo tiempo, mi perdición, pero, no le temo a la caída, temo más a perderte. Ahora que te veo, sé que me han dado un día más de vida para tenerte, y vivir contigo está dulce sinfonía.... a ti, Oscura Dama mía

(Dobulyi)


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